Somos una empresa agrícola familiar la cual, generación tras generación, nos hemos ido reinventando y adaptando a los nuevos mercados.
Hace varias décadas el bisabuelo Fernando Grúas ya cultivaba las fértiles tierras de la Vega del río Cinca con una economía de subsistencia y dirigida a mercados locales. Con la llegada de los nuevos regadíos en la década de los sesenta, la explotación familiar fue creciendo y diversificando cultivos, aunque el rey indiscutible hasta el día de hoy es el arroz. Su gran tolerancia a las tierras salinas y la abundancia de agua por los nuevos regadíos, así como la gran calidad de su grano, lo convirtieron en un símbolo de nuestra tierra.
Fue en 2009 cuando se plantó el primer olivo y cuando nació la marca de aceite Flor de Sal, haciendo honor al terreno salino de nuestras fincas. Fue en 2011, al cabo de dos años, cuando se comercializó la primera botella de Aceite Flor de Sal.
Durante más de una década de andadura hemos ido evolucionando y satisfaciendo las necesidades que nos demandan nuestros clientes.
En 2018 nace SHIO (“sal” en japonés) ante la necesidad de incorporar una línea de productos exclusivos con una calidad superior. Los primeros productos de esta familia fueron SHIO Picual y SHIO Arbequina, unos AOVES de recolección extra-temprana con unos matices verdes y frescos siguiendo las tendencias de los mercados internacionales más selectos.
Cada campaña estamos incorporando nuevos productos diferenciales a nuestro catálogo en ambas marcas.
Nuestros valores fundamentales son la innovación, el respeto a los productos y al cliente, la calidad por encima de todo, la ilusión por crear y sorprender y por supuesto el reconocimiento por parte de nuestros clientes. Esa ilusión es el combustible que nos permite seguir con este fantástico proyecto.